martes, abril 26, 2005

Veinte presas

... hemos hecho
a despecho del inglés[...]

Me acabo de acabar el acabose literario. Cien años de soledad. Por despecho. Lo tenía en el "TO_DO" desde hacía años.

Menudo petardo insufrible. Le sobran las últimas 100 páginas. No, no sobran, pero el ritmo es tan, tan lento que me desespera. Me lo he terminado de la misma manera en la que me tomo una medicina de pésimo sabor. El libro entero del tirón, ansiando el final del sufrimiento.
Mientras el coronel Aureliano Buendía se mantiene en vida, el libro tiene interés. Me identifico sobremanera con el coronel. Algún día ampliaré eso.

Llegan el señor Brown con su compañía bananera y empieza el declive de Macondo y de los Buendía parejo al del interés del libro. Las últimas página se leen tapándose la nariz y conteniendo la respiración.

La verdad es que el principio se disfruta, pero cuando empiezan a morirse los Buendía y empiezan a pasar menos cosas y cada vez más vulgares, la historia se precipita a un final bastante previsible y único.

Tengo que decir en defensa de García Márquez que los editores tuvieron la pésima idea de colocar el árbol genealógico de los Buendía al principio del libro, con lo que la mitad de los acontecimientos quedan estropeados, aunque por otra parte la intención del escritor no es en ningún momento guardar ninguna clase de suspense (numerosas prolepsis).

He subrayado largos párrafos en todo el libro. Algún día me animaré a plantarlos aquí y a regarlos con críticas.

viernes, abril 22, 2005

Long, long, time ago

Ésto lo escribí el 23 de noviembre de 2003. Ni me molesto en releerlo puesto que lo escribí para cuando tuviera un blog. Aquí está.


Hay expresiones, que se unen inextricablemente a la manera de pensar de una persona.
Si realmente el pensamiento está organizado como la palabra. Si la palabra es la manera que tenemos de materializar las ideas en nuestra memoria, en nuestra mente, no hay nada que impida que la expresión adecuada, en el momento adecuado afecte a nuestro carácter, a nuestro ser.
Una sola palabra puede alcanzar esa nota que necesita nuestra alma para vibrar. De la misma manera que un recipiente de cristal estalla con la nota adecuada, una sola palabra puede hacer que nuestro carácter eclosione o se hunda en la más profunda de las miserias.
La pluma no es más fuerte que la espada. Eso no es más que una figura retórica. Nunca te fíes de las figuras retóricas, son arte y como tal, peligrosas, aunque a menudo hermosas. Es una sinécdoque, el resultante por el resultado. Es la palabra la que es la más fuerte que la espada. La palabra adecuada puede arrancar un escalofrío a cualquiera. El discurso adecuado puede hacer que una nación se exalte. La palabra es artífice de la historia, no la espada. La espada no es más que la materialización de una de esas palabras que consiguen que la gente se odie entre ella, que la gente se odie a si misma.
Domina la palabra y dominarás la historia. Domina la palabra y serás como Dios.
La gente vulgar con inquietudes artísticas, intentará dominar la palabra. Aquellos de entre los artistas que no tengan una mente lúcida, una mente en la que la razón funcione como un reloj, a menudo se encontrarán en contradicción consigo mismos. El único recurso de estas personas es el artificio. Es convertir las palabras en un instrumento del arte, porque el arte no necesita explicación, pero aun así es capaz de arrancarte ese escalofrío que buscas. Porque el arte no es racional pero es capaz de llenar el alma más hambrienta.
Cuando una persona consigue acallar las voces de su alma, está en paz consigo mismo. “La felicidad es el estado de un ser racional en el mundo, al cual, en el conjunto de su existencia, le va todo según su deseo y voluntad”. ¿Cuál es el deseo del alma sino el cumplir la voluntad propia del individuo?
Por eso el arte es un gran partido. El arte se prostituye, porque se compra y se vende. Comprar y vender arte es comerciar con la felicidad, y la felicidad no es, en ningún sentido, un objeto barato.
Es extraño que no se hayan levantado pancartas y manifestaciones multitudinarias en todo el mundo reclamando “Arte gratuita para todos”. El arte es la manera de plasmar el todo en lo concreto. Por eso desgarra al artista, que en su afán de alcanzar el absoluto a través de medios limitados, ve frustrados sus objetivos y traicionados sus intereses. El artista que no agoniza en su tarea de producir pequeñas joyas, pretendidos reflejos del absoluto, o es técnico y no artista, o prostituye su alma viviendo de su arte.
Por eso la palabra, al igual que el arte, es un arma de doble filo. Por este motivo el arte de la retórica es un arte con todas las de la ley. El arte de dominar el discurso hablado. El arte de alcanzar los propios objetivos, prescindiendo de la razón y empleando la palabra en su artística ambigüedad.

Hay cientos de millones de pretendidos artistas. No hace falta más que un escritor emplee una cadena de palabras hermosas y cientos de escritorzuelos caerán en picado sobre ella cual rapaces para desvirgarla, para emplearla con un fin para el que no fue diseñada.

Una de esas cadenas de palabras reverberaba en mi cabeza cuando le puse las manos encima a mi blanco papel. Cayó la tinta sobre la más hermosa y noble de las escenas, la que deja espacio al desarrollo de nuevas ideas, de nuevos universos, el papel blanco, con la forma de una de las más innobles y vulgares expresiones.

“Una lágrima resbaló por su mejilla...”

¡Qué horror! Suena bien, tiene cadencia, pero es tan común, tan vulgar…

Si empezara mi diario de reflexiones con esas palabras se me podría confundir con otros cientos de miles de personas que han hecho lo mismo, y si es verdad que por dentro y por fuera, nuestro léxico, nuestras coletillas, nuestra pasión a la hora de expresarnos nos clasifican y nos conforman, utilizar las mismas palabras cruciales que otros cientos de miles, en un momento tan crucial como el comienzo, sería perderme entre la multitud. La ambición lo hace todo, y soy ambicioso, soy cínico y me creo capaz de prostituir mi alma vendiendo mi arte. Si mi arte se puede confundir entre la multitud, yo también. No me gustaría que así fuera.
“¡Qué Horror!” Es una expresión heredada. He de reconocer que es una de esas coletillas que se han incrustado en mi manera de hablar. Tuve un amigo singular que pronunciaba esas palabras con un tono tan exquisito, con una convicción tan profunda, que desde entonces se ha convertido en una de mis máximas.
“¡Qué Horror!”, es increíble, pero esas palabras en sus labios, me hacen vibrar, porque expresan el horror contenido de la persona cínica que se regocija en su sensación, por penosa que ésta sea. Es notable.

viernes, abril 15, 2005

que le puedo cantar su canción

¿Qué pasa si hago esto? ¿funciono??

Anoche me pasé un largo rato navegando de blog en blog con el botoncito de arriba a la derecha. Creo que no hay nada más fácil que conseguir comentarios de esa forma. Voy a explotar ese recurso.

Porque yo lo valgo.

Contando algo, héte aquí que mi amadra progenitriz habiendo de casualidad visto un mío papel sobre una de madera mesa que poner ponía la de batman (el joker) famosa cita "¿has bailado con el diablo a la luz de la luna?" se ha preguntado si tengo algo que ver con satánicas sectas, y es que fantasmas ve donde haberlos no haylos a causa de mis ocasionales visitas al siniestro antro que del diablo número en su nombre lleva.

Pero ni se os ocurra leer uno de mis post en arameo hacia atrás. A menos que querais armarla gorda.

Taylorize

Se me acaba de borrar el puto post. Me cagüenblogger. Vuelvo a escribirlo.

Es tan extraordinariamente poco funcional para un blog el diseño de esa página que publico ahí debajo que prefiero esperar un poco más hasta tener

a) un poco de tiempo para el esparcimiento
b) algún tipo de algo que se pueda instalar en linux y que me ofrezca las mismas facilidades que blogger.

He descubierto que el escribir un blog se asemeja extraordinariamente al hacer encaje de bolillos. En realidad es mucho más gráfico compararlo con el tejer una larguísima bufanda (¡Todavía mejor! un penélopeo tapiz), día tras día, mes tras mes, entradas y más entradas constituyen una inmenso discurso que se aproxima vertiginosamente a uno de Fidel Castro.

Protesto por el método y el resultado que dan los blog. Es ésta una crítica global a todos los blogs del mundo que he leído. El resultado es pobre en comparación con las posibilidades que ofrece el hipertexto. Lo ideal sería estructurar un blog de forma pareja al pensamiento: no lineal sino con todo tipo de ramificaciones. Para disertaciones lineales ya existen todos los géneros literarios (se habla de que el de los blogs es ya un género propio). No es suficiente insertar referencias a otras páginas (enlaces), hay que articular y ramificar la mente y el discurso.

Estoy pensando en escribir un blog temático (arquitectura) para tener una excusa más para centrarme en lo mío. No sé hasta qué punto tengo que dejar de ser lo que soy (¿una especie de ameba? -Advertencia para malpensados: por lo informe de mi formación y por la escasa fuerza de voluntad- ) para convertirme en arquitecto. Supongo que estaba en mi mano el elegir una profesión que no exigiera tanta entrega. Es decir, si hubiera querido separar con nitidez el tiempo que le dedico a la que espero sea algún día mi profesión del tiempo que le pueda querer dedicar al esparcimiento y a todo lo ajeno al trabajo, debería haber escogido otra vocación.

Apuntes telegráficos:
ayer hablé con ella. no ella sino esa otra ella, es decir, una de ellas. he descubierto a B** D****. sigo obsesionado con Silvio Rodríguez. he conocido al payo médico (traumatólogo), es un hacha tocando la guitarra y definitivamente una valiosa persona. tengo forosíndrome de abstinencia. en una semana hay concierto del pingüino y el domingo proyectan in the mood for love en la filmoteca. el lunes entrega final del ejercicio de proyectos: "cinco lugares exteriores". tengo que organizarme. hace meses que no actualizo el archivito "TO_DO". ya va siendo hora.

jueves, abril 14, 2005

Qué bueeeenas son las galletas fontaneda

¿Blog?

Absolutamente provisional, con el diseño de serie del dreamweaver. En cuanto acabe con lo mío voy a agarrar a mi ingeniero personal de las orejas y le voy a pedir (humildemente) toda la ayuda que me pueda brindar.

qué buenas son, que nos llevan de excursión.

miércoles, abril 13, 2005

No ven dades

1)He llegado a la conclusión de que el diseño web de Zuloark no pega ni con cola con la inmensa mayoría de las cosas que yo pueda querer expresar por aquí. Quizás sea esa la razón de que avance en la carrera con pies de plomo.

2) Sueño. Cada día. Cada mañana. Debería escribir algo sobre el tema. Levatarme cada mañana y escribir mis sueños en un papel para que no se me borren de la cabeza. He descubierto El Método. El Método para soñar. Consiste en dormir cada día una media de 12 horas seguidas. A ser posible, las últimas cuatro en un intranquilo duermevela. Llegados a ese punto, basta con hacer ímprobos esfuerzos por seguir dormido aunque el cuerpo te pida levantarte. Hora tras hora, rápido movimiento de ojos tras rápido movimiento de ojos, Soñar...

A lo mejor esa es mi auténtica vocación: pasarme la vida soñando. El problema de utilizar esa palabreja es que la gente acaba asociándole un significado no literal y connotativo, mientras que el que yo le doy es puramente denotativo. Sueño mientras estoy dormido, y sueño con onírcas fantasías fruto de una actividad cerebral involuntaria que de otro modo sería cuasi nula.

Eso es todo. Necesito escribir. Si no lo hago reviento.

Me acabo de dar cuenta de que en google aparecen otros dos blogs con este mismo nombre ("homo sum, humani nihil..."). Hijos de puta. El nombre era mío desde antes.

Tendré que reventarles a base de visitas.

Cuando esto empiece a no ser provisional.

Apunte rápido a pie de página:
Conseguir vivir por lo menos una vida interesante para poder escribir sobre por lo menos una vida interesante. El resto me lo puedo inventar.

Apunte dos:

Había en mi habitación una suerte de zumbido que se producía periódicamente todos los días sobre esta hora. Lamento escribir tan sólo el desenlace del episodio, pero he conseguido encontrar de dónde provenía. Un reloj.
Un reloj que daba por perdido desde hacía años y que estaba perdido en el bolsillo de un viejo abrigo. Planeaba hablar sobre ello, pero por desgracia he encontrado la fuente y en consecuencia toda la magia se ha perdido.

martes, abril 12, 2005

Espero abrir un blog como Dios manda dentro de poco. En cuanto encuentre un sistema cómodo y me den el dominio http://alvaro.nimloth.net/

Creo que el diseño es lo más importante. Lo de escribir con frecuencia se hace solo.

[EDITADO] Más complicado todavía. Me lo voy a poner difícil. Me encanta el diseño de Zuloark, así que, no sé aún como, voy a intentar hacer algo similar.