Veinte presas
... hemos hecho
a despecho del inglés[...]
Me acabo de acabar el acabose literario. Cien años de soledad. Por despecho. Lo tenía en el "TO_DO" desde hacía años.
Menudo petardo insufrible. Le sobran las últimas 100 páginas. No, no sobran, pero el ritmo es tan, tan lento que me desespera. Me lo he terminado de la misma manera en la que me tomo una medicina de pésimo sabor. El libro entero del tirón, ansiando el final del sufrimiento.
Mientras el coronel Aureliano Buendía se mantiene en vida, el libro tiene interés. Me identifico sobremanera con el coronel. Algún día ampliaré eso.
Llegan el señor Brown con su compañía bananera y empieza el declive de Macondo y de los Buendía parejo al del interés del libro. Las últimas página se leen tapándose la nariz y conteniendo la respiración.
La verdad es que el principio se disfruta, pero cuando empiezan a morirse los Buendía y empiezan a pasar menos cosas y cada vez más vulgares, la historia se precipita a un final bastante previsible y único.
Tengo que decir en defensa de García Márquez que los editores tuvieron la pésima idea de colocar el árbol genealógico de los Buendía al principio del libro, con lo que la mitad de los acontecimientos quedan estropeados, aunque por otra parte la intención del escritor no es en ningún momento guardar ninguna clase de suspense (numerosas prolepsis).
He subrayado largos párrafos en todo el libro. Algún día me animaré a plantarlos aquí y a regarlos con críticas.
a despecho del inglés[...]
Me acabo de acabar el acabose literario. Cien años de soledad. Por despecho. Lo tenía en el "TO_DO" desde hacía años.
Menudo petardo insufrible. Le sobran las últimas 100 páginas. No, no sobran, pero el ritmo es tan, tan lento que me desespera. Me lo he terminado de la misma manera en la que me tomo una medicina de pésimo sabor. El libro entero del tirón, ansiando el final del sufrimiento.
Mientras el coronel Aureliano Buendía se mantiene en vida, el libro tiene interés. Me identifico sobremanera con el coronel. Algún día ampliaré eso.
Llegan el señor Brown con su compañía bananera y empieza el declive de Macondo y de los Buendía parejo al del interés del libro. Las últimas página se leen tapándose la nariz y conteniendo la respiración.
La verdad es que el principio se disfruta, pero cuando empiezan a morirse los Buendía y empiezan a pasar menos cosas y cada vez más vulgares, la historia se precipita a un final bastante previsible y único.
Tengo que decir en defensa de García Márquez que los editores tuvieron la pésima idea de colocar el árbol genealógico de los Buendía al principio del libro, con lo que la mitad de los acontecimientos quedan estropeados, aunque por otra parte la intención del escritor no es en ningún momento guardar ninguna clase de suspense (numerosas prolepsis).
He subrayado largos párrafos en todo el libro. Algún día me animaré a plantarlos aquí y a regarlos con críticas.